sábado, 30 de octubre de 2010

Hiriko: el concepto que quiere acabar con Henry Ford

Asistí este viernes en la Cámara de Comercio e Industria de Alava al acto en el que se firmaba la constitución del consorcio de empresas que participan en el desarrollo del Hiriko, uno de los proyectos de vehículo eléctrico que se están desarrollando en nuestro entorno.


Se trata de un proyecto original, que toca el suelo con las "robo-ruedas" -cada una de ellas lleva su motorización y su control propio- y que aspira a convertirse en una alternativa al movimiento de gente en el entorno urbano, donde su capacidad de plegarse hasta ocupar un espacio muy reducido y la movilidad casi total de sus ruedas ayudará a la hora de aparcar, con la ayuda del "joystick" que sustituye al volante convencional. Todo ello con un impacto ambiental reducido, al tratarse de un vehículo completamente eléctrico.

El Hiriko será un vehículo poco convencional, que no parece apuntar al público en general, sino a solucionar problemas de movilidad en ciudades, un poco al estilo de las bicicletas a préstamo que se ven en nuestras ciudades. En la presentación se habló de 700 venículos rodando en 2013, y de un horizonte de producción de 25.000 vehículos al año en 2.020. Antes de esos plazos, se indicó que el Hiriko sería el vehículo de Vitoria-Gasteiz Capital Verde Europea y de los Juegos Olimpicos de Londres, en 2.012. Se citó también el término "franquicidados" en lo que parece que será un sistema de distribución de vehículo en línea con lo poco convencional de todo lo que rodea al auto. Un modelo pick-up y otro de cuatro puertas pueden ampliar la gama, si todo va bien.

En el proyecto Hiriko participa el laboratorio MediaLab, del MIT, que lo integra en su programa "Smart Cities". El técnico de este Instituto presente en el acto de firma de la joint-venture hablo del Hiriko como de un vehículo electrónico, modular, ligero, plegable, integrado en un proyecto más amplio de movilidad en la ciudad. Pese a ser un concepto nuevo, tanto los componentes que lo integran -electrónicos, mecánicos...- están ya a punto para el proyecto, lo mismo que, según el socio americano del proyecto, los habitantes de las ciudades.


Ricardo Chicharro, el investigador del INTA que participó en el acto, fue el más entusiasta a la hora de hablar de los coches inteligentes, de los cuales el Hiriko es un primer paso, ya que ofrece una plataforma apropiada para la incorporación de elementos de control computerizados. Chicharro habló de un futuro en el que los coches se encaguen ellos solos de buscar aparcamiento y en que no habrá "delante" ni "atrás" en los coches. Su entusiasmo por el Hiriko llega hasta el punto de definirlo como "otra forma de ver el mundo" y de "revolución", el primer coche que se va a hacer de una forma diferente a como Henry Ford empezó a fabricar autos hace un siglo. Si esto acaba siendo así, podré contar a los nietos que estuve presente en el acto en que se firmó la jubilación de Henry Ford como ideólogo de la fabricación de automóviles. Hay viernes en los que no hacemos tanta historia, la verdad.

Me pareció interesante el tipo de empresas que firmaron la constitución de la joint-venture para el desarrollo del Hiriko. El coche eléctrico va a porducir un cambio en el tipo de proveedores y de componentes que se integran en un automóvil. Sectores tradicionales, como el mecanizado o la forja van a ver modificado su status en la cadena de suministro. Por eso, la presencia de SAPA y de Forging Products en el núcleo del proyecto nos habla de que hay empresas que no están a verlas venir, sino que se meten de lleno en un sector que les puede cambiar la vida -en principio, para mal- y que van a conocer lo suficiente como para poder evolucionar. La presencia de la electrónica parece que será mayor en el mundo del coche eléctrico que en el del auto térmico; Maser Mic aporta el factor electrónico al proyecto, donde puede abrir puertas a un crecimiento exponencial en un futuro. Y Guardian,empresa líder mundial en el sector del vidrio para automoción, también quiere estar en esta evolución, en la que el vidirio cada vez parece que va a ser menos plano, pero más presente. Hay contactos, me comentan, con alguna empresa más, entre las cuáles figura alguna ingeniería, para completar el capital tanto financiero como de materia gris, del proyecto.

En definitiva, en la Olimpiada del coche eléctrico, ayer se presentó uno de los equipos vascos que van a luchar por las medallas. Como en la competición olímpica, está por ver si el Hiriko subirá al podio, o si llegará, al menos, a la final. En cualquier caso, creo que, de la preparación para esta competición tan dura, saldrán beneficios para las empresas y para el entorno industrial que harán que haya merecido la pena el lío en el que se están metiendo.

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