jueves, 7 de octubre de 2010

En la cumbre de la industria europea

Hoy he estado en el límite superior de la industria. El complejo del grupo Volkswagen en Wolfsburgo acoge cerca de sesenta mil trabajadores, y fabrica un coche cada dos minutos y medio. Es el complejo industrial más grande de Europa, o al menos eso nos han contado allí. Un grupo de expositores de la feria IZB hemos tenido la fortuna de ser invitados a visitar esta macroplanta, disfrutando de la hospitalidad profesional de Volkswagen y realizando un recorrido por la historia, el presente y parte del futuro de la firma alemana.

Naves enteras llenas de robots y sin apenas gente, líneas de prensas de estampación de centenares de toneladas, cadenas de montaje totalmente o parcialmente automatizadas, líneas de compactación y transporte de restos metálicos por el subsuelo de la planta, sistemas de movimiento de los vehículos en proceso de fabricación por encima de nuestras cabezas, tecnología punta presente en cada centímetro cuadrado de planta, restos aún de una dura guerra que asoló la región de Wolfsburgo a los pocos años de la fundación, en 1.938, de la empresa, un dispositivo logísitico capaz de controlar un flujo de entrada de un camión cada dos minutos y un flujo de salida de más o menos la mitad, docena y media de pequeños restaurantes dentro de la planta, miles de bicicletas usadas por los trabajadores para desplazarse por las instalaciones de la empresa, un robot pintado con los colores del equipo de fútbol de Wolfsburgo, en homenaje por su título de liga hace un par de temporadas...

Y una descripción, por parte de responsables de la firma, de los requisitos que su organización busca en sus proveedores. Poco nuevo a este respecto bajo el Sol del Automóvil. Se buscan proveedores que sean los mejores de la clase, que se incorporen al diseño de producto desde su origen, que tengan presencia global para poder ser proveedores locales: no le hace a Volkswagen ninguna gracia el tener altos costes de transporte, o el depender de la volatidad de las cotizaciones de las divisas. Una de las personas que integraba el grupo de empresas vascas que nos hemos podido colar en esta velada ha trabajado durante años en Mercedes, y me decía que el pogüerpoin que nos han puesto es clavado al que suele usar Daimler en presentaciones similares a proveedores.

Me ha llamado la atención que el ponente ha mencionado en varias ocasiones que buscan proveedores con una estructura financiera fuerte. Da la impresión de que se ha llegado a un punto en el que la empresa no teme encontrarse sin proveedores de alto nivel técnico, pero que no quiere confiar en un proveedor con el que corra el menor riesgo de poder quedarse "tirada" por un pinchazo financiero. Así que vislumbro un posible escenario en el que se produzca una nueva revolución a lo López de Arriortúa, en la que las empresas grandes "ayuden" a sus proveedores a conocer a fondo su estructura financiera y que acaben actuando en función de la solidez económica de la empresa, ante un escenario de oferta numerosa desde el punto de vista de capacidad técnica.

En fin, que ha sido una velada realmente instructiva, incluyendo una cena en una zona habilitada al efecto en las instalaciones del fabricante alemán, en la que hemos podido degustar la "salchicha Volskwagen", creada hace unos años en la planta que hemos visitado, y ver un prototipo de todoterreno híbrido fabricado por Volkswagen, dos variantes de en qué se puede traducir la investigación y desarrollo en la empresa.

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