viernes, 26 de marzo de 2021

El Aquiles de los Mil Talones

Estamos viviendo tiempos en los que está quedando cada vez más en evidencia la fragilidad de Europa, basada en debilidades que nacen de la desindustrialización. Lo último está siendo el desastre que está provocando el atasco en el canal de Suez tras encallar un barco cargado hasta arriba de contenedores. 

 Foto de Dan Kb en Unsplash

Está por ver el daño a la actividad industrial que va a producir el corte de suministro durante semanas que acarrea este incidente, que trae de donde hay fábricas productos que aquí cada vez hacemos menos y componentes que se necesitan para que la industria que tenemos pueda seguir funcionando. Lo que ya estamos sufriendo son los efectos de la falta de semiconductores, que están causando cuellos de botella en industrias como la del automóvil, tan importante para nosotros.

El mercado no se nos da muy bien cuando queremos comprar lo que fabrican otros, que también lo necesitan, como pasa con los chips, pero no parece irnos mejor a los europeos cuando fabricamos pero otros negocian mejor o más rápido que nosotros en el mercado, como está pasando con las vacunas del Covid. Desindustrialización y burocracia son mala mezcla. Ya la pandemia nos había dado un toque de atención importante cuando nos encontramos, al principio, sin respiradores, mascarillas... que se fabricaban mayormente fuera de Europa.

Foto de Christian Wiediger en Unsplash

Son baños de realidad, que nos indican una y otra vez que esa idea, tan extendida entre nuestra gente, del "que fabriquen ellos", el "que inventen ellos" del Siglo XXI, es un billete de ida hacia la irrelevancia.  

Esta Europa que mira por encima del hombro al resto del mundo, con un complejo de superioridad decimonónico, es un Aquiles con mil talones, muchos de ellos de carácter industrial. La reindustrialización se muestra cada vez más claramente como único camino para la supervivencia europea.

viernes, 19 de marzo de 2021

La nube que fabrica

Conozco gente del mundo académico que son fanáticos de la Nube. Para estos especialistas, la nube es un concepto fundamental para el futuro industrial. Hablan de una nube coral, de un cielo encapotado en el que todo es nube. Es la nube que recoge datos de diversos orígenes y nos permite su explotación para mejorar nuestros procesos y productos, personalizándolos o convirtiéndolos en servicios. 


Es también la nube de conocimiento, integrada por personas y máquinas que interactúan haciendo fluir la información y contribuyendo a la creación de conocimiento. Es, por último, la nube de fabricación, donde puede encargarse la fabricación de componentes, que nos son suministrados sin que sepamos muy bien cómo y dónde se hacen, de la misma forma que no sabemos dónde se encuentran exactamente almacenados los datos que subimos a la nube.

Esta última parte, el cloud manufacturing, es el concepto que más le cuesta entender a mi mollera formada en el Siglo XX, donde el control sobre lo que uno fabrica, sea en casa o subcontratado, es vital. Hace unos días entré en contacto por primera vez con una de esas nubes de fabricación, la que propone la firma francesa BeElse. La nube de esta empresa recibe los planos de las piezas que quieren realizar sus clientes y deposita las piezas acabas en la ubicación que el cliente desee: en su propio taller, en el de otra empresa que necesite esa pieza como recambio... en medio, en la nube, un grupo de empresas con impresoras 3D, que producen la pieza con las condiciones que el cliente desea.

Por supuesto, esta nube tiene sus limitaciones No sirve para fabricar cinco mil culatas de un motor de seis cilindros. Está pensada para series cortas o pieza unitaria, que sea posible crear por fabricación aditiva (¿qué no lo es hoy en día ya?). Es ideal para fabricar prototipos, o para fabricar componentes personalizados.


Con algunas reservas -¿qué pasa con la trazabilidad, por ejemplo?- es una opción que tiene su sitio en el mercado. De hecho, la empresa lleva varios años funcionando y creciendo. Y lo mismo que la nube de datos permite a prácticamente cualquiera disponer del espacio de almacenamiento que desee sin necesidad de tener una pila de discos duros, sistemas de copia de seguridad, consumo eléctrico... esta nube permite prácticamente a cualquiera que pueda pagarlo acceder a la fabricación de componentes sin necesidad de tener maquinaria, nave industrial, etc. Además de la Industria del Futuro, estamos hablando de la Industria para todos.

jueves, 11 de marzo de 2021

Una puerta que se abre al Espacio

No conozco mucho sobre la industria espacial. Por eso me ha resultado muy interesante la participación en la edición de este año, virtual, de la Paris Space Week, encuentros B2B con empresas protagonistas del sector.


Entre las cosas que he aprendido me ha parecido interesante la evolución del sector del mundo del prototipo o serie muy corta al universo de la serie media. Me decía el comprador de una de las empresas que está involucrada en proyectos de lanzamiento y explotación de pequeñas constelaciones de satélites que están trabajando con la idea de tener 170 pequeños satélites en órbita para telecomunicaciones. "Antes los satélites eran productos únicos, ahora necesitamos todo multiplicado por 170".

Esta realidad abre las puertas del sector a un abanico mayor de proveedores. No todos los fabricantes de prototipos o series cortas se sienten cómodos, o son competitivos, cuando las cantidades requeridas pasar a ser de cientos. 

Foto ESA
Foto ESA

La Agencia Espacial Europa ofrece algunas pistas para acceder a trabajar en el sector. A través de su plataforma de formación online organiza webminars sobre cómo hacer negocios con ellos. Esta misma agencia está desarrollando módulos para facilitar la cooperación con empresas, incluidas las pymes.

Resulta gratificante conocer nuevos campos de oportunidad para la industria. Es verdad que las exigencias son altas -"en un satélite no se puede ir a reparar un componente si resulta defectuoso"- pero la oportunidad de diversificación está ahí.