Alguna conclusión he podido sacar de los EDM, European Defence Meetings, encuentro-feria celebrado la pasada semana en Burdeos. En primer lugar, la fórmula de juntar un par de días a expositores-proveedores en un lugar cerrado al que solo acceden compradores-clientes es bastante eficiente si se consigue un razonable equilibrio entre compradores y vendedores. Un par de días dan de sí lo suficiente como para poder atender a una decena de potenciales clientes y a contactar con competidores-colaboradores o con otros actores situados a nuestro mismo lado del mercado.
Otra conclusión es que a las pequeñas empresas les compensa el integrarse en un consorcio o grupo de exportación: el coste de una actividad como ésta es elevado, y los clientes aprecian tratar con clientes que integren varias capacidades. Un consorcio de empresas permite ofrecer una oferta integrada y reparte el coste de la actividad entre sus asociados. Cuesta menos llegar más lejos.
Una tercera sensación que me traigo, por lo que he podido hablar con varios compradores, es que el sector aeronáutico va más o menos bien; que hay pedidos de aviones a los integrantes del duopolio Boeing-Airbus; que hay candidatos -empresas chinas, Embraer, Bombardier...- que aspiran a romper el duopolio fabricando, tamibén ellos, aviones grandes; y que las empresas situadas en lo más alto de la cadena alimenticia añoran los usos y costumbres del sector automovilístico, aunque todavía parece haber algo de respiro cadena abajo.
Cerrando el flujo de ideas sobre el sector aeronáutico, te das cuenta aquí cómo este sector nos ha sobrevolado en dirección al Sur: firmas y asociaciones marroquíes son protagonistas de primer orden entre los proveedores y, en España, la presencia de empresas andaluzas en este sector supera al que se encuentra uno en otro tipo de sectores industriales.
La sensación para el sector Defensa no son tan claras. Su dependencia de los presupuestos públicos modula a la baja la presunta seguridad que dan los programas a largo plazo.
Y, como siempre que me toca moverme entre industrial francesa en los últimos tiempos, la sensación que me queda es la de estar ante gente que va muy por delante de lo que podamos ir por acá: una presentación exquisita de cada empresa, incluso en las muy pequeñas; una búsqueda de nichos en los que sacar el máximo de su capacidad, conocimiento y experiencia; empresas pequeñas que hacen componentes para cohetes de los que hablan como de algo suyo... Cuando una empresa de mecanizado te dice que se dedica a la "reactividad", te das cuenta de lo fino que se hila por estos pagos.
domingo, 27 de noviembre de 2011
viernes, 25 de noviembre de 2011
Oportunidad de acercarse a la robótica de servicio
En anteriores entradas en este blog he reflejado el interés que se da en el sector industrial de países como Francia a la robótica y automatización, como medios para incrementar la productividad de la empresa y, con ello, reducir, e incluso anular, el efecto que puede tener la mano de obra barata que se ofrece en lugares lejanos, y que tanto afecta a productos y servicios que son más o menos extensivos en el uso de mano de obra.
La robótica también es una oportunidad de negocio, ya que se prevé que en los próximos años sean millones las unidades de robots de servicio -no industriales- que se vendan para aplicaciones domésticas, de servicio o profesionales, en campos como la medicina o la educación.
Este jueves 1 de diciembre, la gente de Innobasque, que nos tiene liados a unos cuantos cientos de chavales -y algunos adultos también- con la First Lego League, junto con la Asociación Española de Robótica y Automatización de Tecnologías de la Producción (AER-ATP), organiza la jornada "Taller de Robótica y Servicio", una excelente oportunidad para acercarse o conocer más este sector de actividad de creciente futuro e interés para nuestro sector industrial.
La sesión se llevará a cabo durante todo el día -desde las nueve de la mañana hasta las siete de la tarde- en la sede de Innobasque en Zamudio.
La robótica también es una oportunidad de negocio, ya que se prevé que en los próximos años sean millones las unidades de robots de servicio -no industriales- que se vendan para aplicaciones domésticas, de servicio o profesionales, en campos como la medicina o la educación.
Este jueves 1 de diciembre, la gente de Innobasque, que nos tiene liados a unos cuantos cientos de chavales -y algunos adultos también- con la First Lego League, junto con la Asociación Española de Robótica y Automatización de Tecnologías de la Producción (AER-ATP), organiza la jornada "Taller de Robótica y Servicio", una excelente oportunidad para acercarse o conocer más este sector de actividad de creciente futuro e interés para nuestro sector industrial.
La sesión se llevará a cabo durante todo el día -desde las nueve de la mañana hasta las siete de la tarde- en la sede de Innobasque en Zamudio.
lunes, 21 de noviembre de 2011
Donde la Construcción sigue viva
Me ha resultado muy interesante BATIMAT, el salón dedicado a la Construcción y anexos que se celebró hace unos días en París.
Es mi primera experiencia en el sector, que incorpora una amplísimo abanico de componentes metálicos, plásticos, de caucho, madera... en muchas ocasiones fabricado a medida. Hay una intersección amplia entre el sector de la construcción y el industrial, y han sido cuatro las empresas situadas en esa intersección las que se han animado a compartir stand en esta edición de BATIMAT, buscando presencia en los mercados internacionales.
Las primeras conclusiones de lo visto en el salón hablan de un sector que, fuera de España, mantiene el pulso. Una buena cantidad de visitantes profesionales -de pequeña y gran dimensión- y bastantes curiosos componen un público bastante más variopinto que el de las ferias industriales. Variopinto y numeroso: la gente con experiencia en el sector habla de una afluencia discreta, aunque si se compara lo visto con el lo que está sucediendo los últimos años en salones como MIDEST, la afluencia es extraordinaria.
Lo que sí que se palpa es la existencia de una actividad pujante de la construcción en el norte de Africa, algo de lo que ya se están beneficiando algunas empresas de nuestro entorno que no se limitaron a crecer montados en la burbuja española y a dormir, sino que se preocuparon de buscar nuevos mercados donde poder desarrollarse cuando la burbuja estallase. Porque todas acaban estallando. Y también me quedo con la idea de que el sector de la construcción en Francia sigue teniendo pulso. Sea por el norte o por el sur, el sector auxiliar de la construcción parece que tiene salida. Pero saliendo.
Es mi primera experiencia en el sector, que incorpora una amplísimo abanico de componentes metálicos, plásticos, de caucho, madera... en muchas ocasiones fabricado a medida. Hay una intersección amplia entre el sector de la construcción y el industrial, y han sido cuatro las empresas situadas en esa intersección las que se han animado a compartir stand en esta edición de BATIMAT, buscando presencia en los mercados internacionales.
Las primeras conclusiones de lo visto en el salón hablan de un sector que, fuera de España, mantiene el pulso. Una buena cantidad de visitantes profesionales -de pequeña y gran dimensión- y bastantes curiosos componen un público bastante más variopinto que el de las ferias industriales. Variopinto y numeroso: la gente con experiencia en el sector habla de una afluencia discreta, aunque si se compara lo visto con el lo que está sucediendo los últimos años en salones como MIDEST, la afluencia es extraordinaria.
Lo que sí que se palpa es la existencia de una actividad pujante de la construcción en el norte de Africa, algo de lo que ya se están beneficiando algunas empresas de nuestro entorno que no se limitaron a crecer montados en la burbuja española y a dormir, sino que se preocuparon de buscar nuevos mercados donde poder desarrollarse cuando la burbuja estallase. Porque todas acaban estallando. Y también me quedo con la idea de que el sector de la construcción en Francia sigue teniendo pulso. Sea por el norte o por el sur, el sector auxiliar de la construcción parece que tiene salida. Pero saliendo.
jueves, 3 de noviembre de 2011
¿Puede ser una explicación?
En veinte años de participación en ferias, encuentros y otros eventos de promoción de las empresas industriales, he tenido la suerte de contactar, e incluso de hacer amistad, con gentes de orígenes muy diversos. Centenares de contactos franceses y alemanes pueblan mi base de datos. He tenido ocasión de disfrutar de la hospitalidad sueca, de tratar con industriales finlandeses en su país, donde he recibido la visita de industriales estonios, letones, lituanos, rusos -sobrios y no-, polacos... He conocido empresas de toda la Europa del Este, he charlado con gente del mundo de la industria de Irlanda, Luxemburgo... ¡San Marino!. Por supuesto, he competido en captar el interés de visitantes en las ferias internacionales con portugueses e italianos, turcos, daneses, noruegos... He sabido de los esfuerzos islandeses en el sector energético, de la siderurgia macedonia, de componentes para la industria del automóvil serbios, de firmas croatas y eslovenas.
Más al Sur, he visitado empresas industriales en Marruecos y Túnez, he recibido gente de empresas argelinas, egipcias, e incluso libias; conocí a un mecanizador de Guinea Conakry -"la industria de mi país soy yo", decía- y a voluntariosos industriales de Senegal, Costa de Marfil, Togo, Camerún, Nigeria... Compartí mesa una vez, en un abarrotado restaurante ferial, con un comprador de suministros industriales de Madagascar. Por supuesto, he conocido a gente que trabajaba empresas sudafricanas.
Una vez me tocó de vecino de stand un grupo israelí. He tratado con empresas iraníes, de todos los países del Golfo, incluido Irak, con indios y pakistaníes -"¿por qué no deja usted de fabricar, fabrico yo, y usted solo vende?"- , con vietnamitas, chinos, taiwaneses, tailandeses, filipinos, japoneses, coreanos... Una vez tuve en mi stand de Hannover una pieza de avión que exponía también, en la misma feria, una empresa indonesia. Y otra vez estuve charlando con una empresa neozelandesa.
Por supuesto, he tenido contactos con empresas industriales estadounidenses, canadienses, de Méjico... también de Costa Rica, de Cuba, de Argentina, Uruguay, Argentina, Brasil, Bolivia, Venezuela, Colombia... Recuerdo un par de chavales hijos del dueño de una fundición peruana de plata, que vinieron de feria a Francia y, de paso, a recorrer Europa.
Con todo este mapamundi en la memoria, lo que no recuerdo nunca, y esto mismo le pasa a algún otro trotamundos industrial con el que he comentado el asunto, es haber tenido contacto con ninguna empresa industrial griega.
Más al Sur, he visitado empresas industriales en Marruecos y Túnez, he recibido gente de empresas argelinas, egipcias, e incluso libias; conocí a un mecanizador de Guinea Conakry -"la industria de mi país soy yo", decía- y a voluntariosos industriales de Senegal, Costa de Marfil, Togo, Camerún, Nigeria... Compartí mesa una vez, en un abarrotado restaurante ferial, con un comprador de suministros industriales de Madagascar. Por supuesto, he conocido a gente que trabajaba empresas sudafricanas.
Una vez me tocó de vecino de stand un grupo israelí. He tratado con empresas iraníes, de todos los países del Golfo, incluido Irak, con indios y pakistaníes -"¿por qué no deja usted de fabricar, fabrico yo, y usted solo vende?"- , con vietnamitas, chinos, taiwaneses, tailandeses, filipinos, japoneses, coreanos... Una vez tuve en mi stand de Hannover una pieza de avión que exponía también, en la misma feria, una empresa indonesia. Y otra vez estuve charlando con una empresa neozelandesa.
Por supuesto, he tenido contactos con empresas industriales estadounidenses, canadienses, de Méjico... también de Costa Rica, de Cuba, de Argentina, Uruguay, Argentina, Brasil, Bolivia, Venezuela, Colombia... Recuerdo un par de chavales hijos del dueño de una fundición peruana de plata, que vinieron de feria a Francia y, de paso, a recorrer Europa.
Con todo este mapamundi en la memoria, lo que no recuerdo nunca, y esto mismo le pasa a algún otro trotamundos industrial con el que he comentado el asunto, es haber tenido contacto con ninguna empresa industrial griega.
domingo, 30 de octubre de 2011
La industria auxiliar de la construcción, en Batimat
El lunes 7 de noviembre comienza en París la feria BATIMAT. Dentro del mundillo ferial, es un certamen que tiene nombre, una de las grandes -2.300 expositores, 89 de ellos españoles, llenando Puerta de Versalles- en un sector que ha sido, durante años, el motor de la economía española: la construcción. BATIMAT cubre la mayor parte de los campos en los que se declina el sector de la construcción, incluido uno, el de herrajes, cerramientos, elementos de fijación y "otros hierros elaborados" en el que Construcción e Industria se encuentran.
El encuentro entre Industria y Construcción, tal y como están las cosas, no es, precisamente, un festejo marcado por la alegría. Tengo la impresión de que las empresas suministradoras de componentes o equipamiento para la Construcción están en una posición delicada en la cadena alimenticia, sin alimento en forma de pedidos, y en primera línea del frente concursal.
Esta es la primera actividad que vamos a desarrollar en este sector el grupo de profesionales que trabajamos para ayudar a las empresas subcontratistas industriales encuadrados en varias Cámaras de Comercio. Hay un colectivo de empresas industriales subcontratistas que trabajan para el sector de la construcción, y vamos a ver si podemos lanzar una línea de actividades para apoyarlas en su labor comercial y para ayudarlas a salir a los mercados exteriores.
De momento, parece que hay ganas, porque la respuesta a la convocatoria de esta actividad ha sido buena en cuanto a número de empresas que vana participar en la feria compartiendo stand. Como en otros sectores industriales, o como en la vida misma, la necesidad obliga a salir fuera a buscar lo que no hay en casa. Veremos cómo nos va por París, y lo contaré por aquí.
El encuentro entre Industria y Construcción, tal y como están las cosas, no es, precisamente, un festejo marcado por la alegría. Tengo la impresión de que las empresas suministradoras de componentes o equipamiento para la Construcción están en una posición delicada en la cadena alimenticia, sin alimento en forma de pedidos, y en primera línea del frente concursal.
Esta es la primera actividad que vamos a desarrollar en este sector el grupo de profesionales que trabajamos para ayudar a las empresas subcontratistas industriales encuadrados en varias Cámaras de Comercio. Hay un colectivo de empresas industriales subcontratistas que trabajan para el sector de la construcción, y vamos a ver si podemos lanzar una línea de actividades para apoyarlas en su labor comercial y para ayudarlas a salir a los mercados exteriores.
De momento, parece que hay ganas, porque la respuesta a la convocatoria de esta actividad ha sido buena en cuanto a número de empresas que vana participar en la feria compartiendo stand. Como en otros sectores industriales, o como en la vida misma, la necesidad obliga a salir fuera a buscar lo que no hay en casa. Veremos cómo nos va por París, y lo contaré por aquí.
viernes, 28 de octubre de 2011
¿Ha comenzado la desglobalización?
Leo en la prensa francesa -he aquí en enlace para leerlo en Nord Éclair- que se presenta uno de estos días la primera "tablet" fabricada en Francia. La historia tiene su aquél. Se trata de Qooq, un producto un tanto especial -una tablet muy enfocada a los aficionados a la cocina- que, hasta ahora, se fabricaba en China, pero que se va a empezar a producir en Montceau-Les-Mines, localidad situada al norte de Lyon. Sabiendo cómo se las gastan nuestros vecinos del Norte con la cosa del protocolo, y las ganas que les tienen a los chinos en temas industriales, la presentación del aparatillo debió de ser un acontecimiento regional de primer orden.
El modelo nuevo va a mantener el precio que tenía la versión anterior, fabricada en China por una empresa, RealEase, con base en Hong Kong pero con nombres franceses en su consejo de administración y gerencia. El presidente de Qooq, que se llama Jean-Yves Hepp, señaló en la presentación del modelo que la diferencia de coste de mano de obra que han de asumir por no fabricar en China se compensa totalmente por la innovación y por una mayor automatización del proceso de fabricación.
Es interesante lo que cuenta Guillaume Hepp, hermano de Jean-Yves y cofundador de la empres: el producto ha sido rediseñado para que la intervención humana se limite a acciones de alto valor añadido. En China, la fabricación del modelo anterior contaba con muchas operaciones hechas a mano.
Hepp II -¡ah, la empresa familiar!- añadió que, trayendo la fabricación a Francia, habían obtenido una ventaja en calidad y productividad, gracias a la automatización, además de ahorros de transporte y logística. Vamos, que les salen las cuentas.
Y eso sin contar con el plus publicitario que supone para este producto su condición de fabricado en casa, en un país con un patriotismo de compras genético. El ministro de investigación francés, Laurent Wauquiez, barrió para casa, indicando que el QooQ fabricado en Francia demuestra que es posible competir y animó a los consumidores a dar preferencia "a los productos europeos, a los productos franceses".
La palabra del festejo la pronunció el presidente del Consejo General del departamento de Saône-et-Loire, el señor Arnaud Montebourg: "Ha comenzado al des-mundialización". Nosotros diríamos la "desglobalización".
Algo de esto sospechaba yo el otro día cuando me comentaba un empresario de la zona que estaba buscando algún fabricante próximo de un juguetito de goma muy simple, de los que usábamos hace ya unos añitos para divertinos y dar algún susto. Al parecer, estos juguetitos empiezan a ponerse caras en China, por una combinación de impuestos y costes varios.
Tras la charla no terminaba yo de estar muy convencido de que aquí se pudiesen fabricar ya según qué cosas que hasta ahora se hacían en China, pero si lo dice el presidente del Consejo General de Saône-et-Loire, igual es verdad...
El modelo nuevo va a mantener el precio que tenía la versión anterior, fabricada en China por una empresa, RealEase, con base en Hong Kong pero con nombres franceses en su consejo de administración y gerencia. El presidente de Qooq, que se llama Jean-Yves Hepp, señaló en la presentación del modelo que la diferencia de coste de mano de obra que han de asumir por no fabricar en China se compensa totalmente por la innovación y por una mayor automatización del proceso de fabricación.
Imagen del sitio web www.qooq.com |
Es interesante lo que cuenta Guillaume Hepp, hermano de Jean-Yves y cofundador de la empres: el producto ha sido rediseñado para que la intervención humana se limite a acciones de alto valor añadido. En China, la fabricación del modelo anterior contaba con muchas operaciones hechas a mano.
Hepp II -¡ah, la empresa familiar!- añadió que, trayendo la fabricación a Francia, habían obtenido una ventaja en calidad y productividad, gracias a la automatización, además de ahorros de transporte y logística. Vamos, que les salen las cuentas.
Y eso sin contar con el plus publicitario que supone para este producto su condición de fabricado en casa, en un país con un patriotismo de compras genético. El ministro de investigación francés, Laurent Wauquiez, barrió para casa, indicando que el QooQ fabricado en Francia demuestra que es posible competir y animó a los consumidores a dar preferencia "a los productos europeos, a los productos franceses".
La palabra del festejo la pronunció el presidente del Consejo General del departamento de Saône-et-Loire, el señor Arnaud Montebourg: "Ha comenzado al des-mundialización". Nosotros diríamos la "desglobalización".
Algo de esto sospechaba yo el otro día cuando me comentaba un empresario de la zona que estaba buscando algún fabricante próximo de un juguetito de goma muy simple, de los que usábamos hace ya unos añitos para divertinos y dar algún susto. Al parecer, estos juguetitos empiezan a ponerse caras en China, por una combinación de impuestos y costes varios.
Tras la charla no terminaba yo de estar muy convencido de que aquí se pudiesen fabricar ya según qué cosas que hasta ahora se hacían en China, pero si lo dice el presidente del Consejo General de Saône-et-Loire, igual es verdad...
martes, 11 de octubre de 2011
Facturación por empleado en países europeos: ¿qué quieren decir esta cifras?
Estoy repasando e interpretando la información que nos facilitaron durante la pasada Cumbre Industrial y me encuentro con la siguiente proporción de facturación por empleado en las empresas subcontratistas en los quince países más antiguos de la UE, que extraigo de las cifras que dio Daniel Coué durante su charla sobre la subcontratación en Francia:
No se, realmente, cómo interpretar estos datos. Se me ocurren varias explicaciones a la bajísima cifra de facturación por empleado que resulta para las empresas subcontratistas españolas:
Sea como fuese, estas cifras -con todas las salvedades que queramos poner a la estadística- nos muestran el amplísimo margen de mejora que tenemos por delante para equipararnos con la Europa a la que nos queremos parecer.
Facturación/empleado | |||
Finlandia | 171.758,23 € | ||
Suecia | 155.201,82 € | ||
Alemania | 148.709,59 € | ||
Bélgica | 142.849,53 € | ||
Países Bajos | 140.946,72 € | ||
Francia | 136.585,01 € | ||
Luxemburgo | 133.250,70 € | ||
Austria | 129.512,64 € | ||
Media UE 15 | 114.128,26 € | ||
Dinamarca | 111.490,90 € | ||
Reino Unido | 102.480,94 € | ||
Italia | 101.258,36 € | ||
Irlanda | 91.836,39 € | ||
España | 64.058,06 € | ||
Grecia | 62.626,14 € | ||
Portugal | 61.572,80 € |
No se, realmente, cómo interpretar estos datos. Se me ocurren varias explicaciones a la bajísima cifra de facturación por empleado que resulta para las empresas subcontratistas españolas:
- Produciendo lo mismo con la misma gente, vendemos muy barato (opción poco probable).
- Necesitamos más gente para hacer lo mismo (empieza a sonarme más factible).
- Nuestra subcontratación es de menor valor añadido que la de los demás países, salvo Grecia y Portugal (me suena como causa probable).
- Seguramente habrá otras explicaciones, que los lectores podrán comentar.
Sea como fuese, estas cifras -con todas las salvedades que queramos poner a la estadística- nos muestran el amplísimo margen de mejora que tenemos por delante para equipararnos con la Europa a la que nos queremos parecer.
Etiquetas:
estadísticas,
Europa,
productividad,
subcontratación
viernes, 7 de octubre de 2011
MetalMadrid: ¡Vaya cambio en un año!
De vuelta tras MetalMadrid, no salgo de mi asombro. En un momento muy difícil para el sector metalúrgico, más agudo en la zona Centro que lo que llaman por allí "el Norte", han sido dos días de bastantes contactos y muchos visitantes. Me comentaba el organizador que han pulverizado el ratio de visitantes reales entre visitantes pre-registrados en los certámenes de IFEMA, que es del 30%. El miércoles, primer día, habían pasado por el pabellón casi el 80% de los visitantes pre-registrados, casi todos profesionales, para pasmo de los gestores del recinto madrileño. Una empresa que compartía stand conmigo se ha quedado sin catálogos en la mañana del segundo día del salón, y no es que los regalase, precisamente, pero las previsiones de visitas eran sensiblemente menores a lo que finalmente ha sido un flujo, por momentos muy elevado, de gente interesada por su tecnología.
Bien es cierto que muchos de los visitantes eran vendedores de todo tipo de productos consumidos por las empresas metalúrgicas, pero, entre este caudal de visitantes de baja calidad comercial -a las ferias los expositores vamos a vender, no a comprar- se han dejado ver por MetalMadrid unos cuantos responsables de compras, algunos de empresas muy importantes.
Un expositor del Foro, conocido de ediciones pasadas, me hablaba del gran interés que tiene para la industria metalúrgica madrileña el que Airbus lleve adelante un programa de charlas sobre el sector aeronáutico, mucho mayor que el que pudo tener el pasado año el ciclo orientado al sector eólico, para el que trabajan, según este hombre, suministrador de materia prima para los mecanizadores de la región, muchas menos firmas que las que lo hacen para Airbus y su red de proveedores. Estas charlas atrajeron a un buen número de visitantes, y se notó en la feria su presencia tras las mismas.
También ha contribuído al cambio de cara de MetalMadrid el que haya pasado de la pintoresca Casa de Campo -meter en el GPS "Casa de Campo" y acabar con el coche al lado de un estanque y rodeado de gansos, tras pasar por una zona de paseo de señoritas poco vestidas y muy simpáticas que saludaban a los conductores, y que no sabían dónde había feria, fue algo que nos pasó a casi todos los no madrileños con los que hablé en pasadas ediciones- al recinto ferial de Madrid por antonomasia, IFEMA. Un recinto menos "convivial", que dirían los franceses, pero más funcional y con espacio y servicios de primer nivel. Ha sido, para el salón, como ascender a Primera División, tras tres años en categorías inferiores.
Entre las demandas que he podido atender -más que en la pasada Cumbre Industrial- me ha sorprendido la cantidad de empresas que buscaban corte láser, plegado y soldadura de chapa. Conozco unas cuantas empresas madrileñas que hacen esto muy bien, pero que no estaban en la feria. Sinceramente, peor para ellas, porque esos contactos, que yo doy por buenos, hubiesen sido aún mejores, por cercanía, para ellos.
Me comentaba un expositor vitoriano, suministrador del sector del mecanizado, que Madrid y alrededores podía tener unas veinte veces más capacidad de mecanizado que Alava. No ha habido veinte veces más expositores madrileños que alaveses, y eso no es normal. Sorprende ver que empresas madrileñas que son clásicos ya en ferias en Alemania o Francia no exponen en MetalMadrid, pese a que conocen el certamen -lo visitan cada año-, no es caro, está bien organizado y se juega en su casa. Así como la pasada semana hablaba de un cierto patriotismo entre las empresas que acudieron a exponer a la Cumbre Industrial, en este caso hablaría del poco apego de la industrial metalúrgica madrileña hacia la que es, aunque sea por eliminación, su feria. Parece que las buenas sensaciones que ha transmitido este año MetalMadrid van a acabar por insuflar la fe en el proyecto de Pedro Carrillo a sus escépticos vecinos.
En definitiva, ha sido un MetalMadrid con mucha mayor dimensión que en la pasada edición, una de esas ferias que -como ha sucedido en algún otro certamen en estos últimos tiempos- uno la ve y parecería que no hay crisis. Aunque, si uno se fija en las caras de algunos buenos amigos, "compañeros del metal" de la zona, están más tristes que en años pasados. Y esas caras -que, como la feria, han cambiado radicalmente de un año para otro- no engañan.
Bien es cierto que muchos de los visitantes eran vendedores de todo tipo de productos consumidos por las empresas metalúrgicas, pero, entre este caudal de visitantes de baja calidad comercial -a las ferias los expositores vamos a vender, no a comprar- se han dejado ver por MetalMadrid unos cuantos responsables de compras, algunos de empresas muy importantes.
Un expositor del Foro, conocido de ediciones pasadas, me hablaba del gran interés que tiene para la industria metalúrgica madrileña el que Airbus lleve adelante un programa de charlas sobre el sector aeronáutico, mucho mayor que el que pudo tener el pasado año el ciclo orientado al sector eólico, para el que trabajan, según este hombre, suministrador de materia prima para los mecanizadores de la región, muchas menos firmas que las que lo hacen para Airbus y su red de proveedores. Estas charlas atrajeron a un buen número de visitantes, y se notó en la feria su presencia tras las mismas.
También ha contribuído al cambio de cara de MetalMadrid el que haya pasado de la pintoresca Casa de Campo -meter en el GPS "Casa de Campo" y acabar con el coche al lado de un estanque y rodeado de gansos, tras pasar por una zona de paseo de señoritas poco vestidas y muy simpáticas que saludaban a los conductores, y que no sabían dónde había feria, fue algo que nos pasó a casi todos los no madrileños con los que hablé en pasadas ediciones- al recinto ferial de Madrid por antonomasia, IFEMA. Un recinto menos "convivial", que dirían los franceses, pero más funcional y con espacio y servicios de primer nivel. Ha sido, para el salón, como ascender a Primera División, tras tres años en categorías inferiores.
Entre las demandas que he podido atender -más que en la pasada Cumbre Industrial- me ha sorprendido la cantidad de empresas que buscaban corte láser, plegado y soldadura de chapa. Conozco unas cuantas empresas madrileñas que hacen esto muy bien, pero que no estaban en la feria. Sinceramente, peor para ellas, porque esos contactos, que yo doy por buenos, hubiesen sido aún mejores, por cercanía, para ellos.
Me comentaba un expositor vitoriano, suministrador del sector del mecanizado, que Madrid y alrededores podía tener unas veinte veces más capacidad de mecanizado que Alava. No ha habido veinte veces más expositores madrileños que alaveses, y eso no es normal. Sorprende ver que empresas madrileñas que son clásicos ya en ferias en Alemania o Francia no exponen en MetalMadrid, pese a que conocen el certamen -lo visitan cada año-, no es caro, está bien organizado y se juega en su casa. Así como la pasada semana hablaba de un cierto patriotismo entre las empresas que acudieron a exponer a la Cumbre Industrial, en este caso hablaría del poco apego de la industrial metalúrgica madrileña hacia la que es, aunque sea por eliminación, su feria. Parece que las buenas sensaciones que ha transmitido este año MetalMadrid van a acabar por insuflar la fe en el proyecto de Pedro Carrillo a sus escépticos vecinos.
En definitiva, ha sido un MetalMadrid con mucha mayor dimensión que en la pasada edición, una de esas ferias que -como ha sucedido en algún otro certamen en estos últimos tiempos- uno la ve y parecería que no hay crisis. Aunque, si uno se fija en las caras de algunos buenos amigos, "compañeros del metal" de la zona, están más tristes que en años pasados. Y esas caras -que, como la feria, han cambiado radicalmente de un año para otro- no engañan.
miércoles, 5 de octubre de 2011
MetalMadrid crece en medio de incertidumbres
Ha comenzado bien MetalMadrid. La feria, que quiere ser el certamen de referencia del sector metálmecánico en el centro de España, se ha trasladado a IFEMA, dejando las dos anteriores ediciones en la Casa de Campo, y lejos ya de la primera edición, hace tres años, en un hotel madrileño. Todo un record de crecimiento en un sector duro, como es el de las ferias industriales en España.
MetalMadrid es el fruto de la visión de Pedro Carrillo, empresario con inquietudes en el sector del metal -TAFSA- y en el de la comunicación -Grupo Metalia- con carisma entre el puñado de jóvenes empresarios que se mueven en el entorno del metal en Madrid y alrededores.
El crecimiento de MetalMadrid -resultante del empuje de organizadores y de la clamorosa existencia de un nicho de mercado descuidado por las grandes organizaciones feriales- se da en un entorno marcado por las incertidumbres, a las que no es ajeno el ambiente en la feria: más vendedores en los pasillos que en los stands, pesimismo en los comentarios sobre la coyuntura actual y sobre el futuro... Lo nuestro, más la invisibilidad: MetalMadrid se celebra a la vez que Simo Network -nuevas tecnologías- y Liber -dedicada al sector librero-. Adivine el lector a qué certamen de los tres no ha venido ningún candidato a presidente del gobierno...
MetalMadrid es el fruto de la visión de Pedro Carrillo, empresario con inquietudes en el sector del metal -TAFSA- y en el de la comunicación -Grupo Metalia- con carisma entre el puñado de jóvenes empresarios que se mueven en el entorno del metal en Madrid y alrededores.
El crecimiento de MetalMadrid -resultante del empuje de organizadores y de la clamorosa existencia de un nicho de mercado descuidado por las grandes organizaciones feriales- se da en un entorno marcado por las incertidumbres, a las que no es ajeno el ambiente en la feria: más vendedores en los pasillos que en los stands, pesimismo en los comentarios sobre la coyuntura actual y sobre el futuro... Lo nuestro, más la invisibilidad: MetalMadrid se celebra a la vez que Simo Network -nuevas tecnologías- y Liber -dedicada al sector librero-. Adivine el lector a qué certamen de los tres no ha venido ningún candidato a presidente del gobierno...
Etiquetas:
ferias,
metalmadrid
sábado, 1 de octubre de 2011
Figuras clave en el proceso de compra
Uno de los momentos más interesantes de la pasada Cumbre Industrial fue la ponencia de Daniel Coué sobre el mercado de subcontratación francés, dentro de los actos que se llevaron a cabo el jueves, Dia de Francia en el certamen.
Daniel Coué es, posiblemente, la persona que más sabe de subcontratación industrial en Europa y resulta de gran interes seguir lo que nos cuenta en sus ponencias y en las comunicaciones que ofrece en el sitio web de Midest, una feria con la que mantiene una gran vinculación. Ahora se ha apuntado al twitter, y no me cabe duda de que @DanielCoue será en breve una referencia tuitera de primer orden.
La charla de Coué comenzó con una descripción en cifras muy gráfica del mercado de la subcontratación en Francia, que puede ser encontrada en parte enredando un poco en Google. Aunque lo más brillante de la exposición vino después. DC definió cualitativamente el mercado de subcontratación francés y desgranó el proceso de compra en el sector de la subcontratación en Francia, en función del tamaño de serie y del momento de la vida del componente, indicando en cada caso cuál es la figura clave en el proceso de compra. Si bien las reflexiones de Coué se referían al mercado francés, creo que se pueden extender a cualquier otro entorno geográfico.
Resumiendo, Coué distingue entre la gran serie y la serie corta. En el primer caso, si se trata de proyectos nuevos, la figura clave en la compra es el Director de Proyecto. Si, por el contrario, se trata de vender un componente que sustituya a otro, no quedará más remedio que vérselas con un comprador.
En los casos de pequeña serie, adquiere protagonismo el responsable de producción, como personaje clave en determinados procesos. Coué definió en su charla más en profundidad las situaciones que se podía dar a la hora de intentar acceder a nuevos clientes.
De la ponencia de Coué mMe queda la idea de lo importante que es el saber a qué puerta de la empresa que queremos que sea cliente hay que llamar para, en función de lo que queramos ofrecer, podamos tener la certeza de estar hablando con el interlocutor adecuado.
Daniel Coué es, posiblemente, la persona que más sabe de subcontratación industrial en Europa y resulta de gran interes seguir lo que nos cuenta en sus ponencias y en las comunicaciones que ofrece en el sitio web de Midest, una feria con la que mantiene una gran vinculación. Ahora se ha apuntado al twitter, y no me cabe duda de que @DanielCoue será en breve una referencia tuitera de primer orden.
La charla de Coué comenzó con una descripción en cifras muy gráfica del mercado de la subcontratación en Francia, que puede ser encontrada en parte enredando un poco en Google. Aunque lo más brillante de la exposición vino después. DC definió cualitativamente el mercado de subcontratación francés y desgranó el proceso de compra en el sector de la subcontratación en Francia, en función del tamaño de serie y del momento de la vida del componente, indicando en cada caso cuál es la figura clave en el proceso de compra. Si bien las reflexiones de Coué se referían al mercado francés, creo que se pueden extender a cualquier otro entorno geográfico.
Resumiendo, Coué distingue entre la gran serie y la serie corta. En el primer caso, si se trata de proyectos nuevos, la figura clave en la compra es el Director de Proyecto. Si, por el contrario, se trata de vender un componente que sustituya a otro, no quedará más remedio que vérselas con un comprador.
En los casos de pequeña serie, adquiere protagonismo el responsable de producción, como personaje clave en determinados procesos. Coué definió en su charla más en profundidad las situaciones que se podía dar a la hora de intentar acceder a nuevos clientes.
De la ponencia de Coué mMe queda la idea de lo importante que es el saber a qué puerta de la empresa que queremos que sea cliente hay que llamar para, en función de lo que queramos ofrecer, podamos tener la certeza de estar hablando con el interlocutor adecuado.
viernes, 30 de septiembre de 2011
Sensación de deber cumplido
Finalizó la Cumbre Industrial y Tecnológica, nuestra entrañable feria de Subcontratación. ¿Ha sido una buena feria? En términos absolutos, la situación del mercado no daba opciones para que la Cumbre fuese una feria de mucho movimiento. Los milagros son más propios de otros entornos, diferentes del industrial, y una mala coyuntura -sin hablar de cuestiones estructurales- no puede alumbrar números espectaculares.
¿Ha sido, pues, una mala feria? En absoluto. Puede que las cifras de visitantes sean muy humildes; puede que los compradores que hayan venido busquen nuevos proveedores para apretarles en el precio, y que los proveedores que exponían busquen nuevos clientes que no les ahoguen, como me comentaba un expositor, en lugar del deseable flujo de nuevas necesidades salidas de nuevos proyectos, como hemos podido ver hace un par de semanas en Finlandia. Puede que las tardes se hayan hecho interminables en este "verano indio", un otoño en el que hace bueno, como recitaba Joe Dassin, y en el que las ganas de volver a un recinto ferial tras una buena comida venían a ser las mismas que las de reunirse con el inspector fiscal a ver papeles.
Puede que haya habido todas esas circunstancias y cifras poco entusiasmantes. Pero la feria ha sido un éxito, solo por el hecho de celebrarse. Hace dos años, los organizadores dieron un paso atrás, que muchos no comprendimos, dejando sin escaparate a un sector que entonces lo pasaba mal, en un mercado en clara contracción. Esta vez, en unas circunstancias tampoco favorables, la feria ha salido adelante. El BEC ha apostado por la Subcontratación y se ha esforzado en animar una feria que se ofrece a un sector industrial muy amplio en nuestra zona. Los organismos que trabajan por la subcontratación, fundamentalmente las Bolsas de Subcontratación de las Cámaras de Comercio -que no lo están pasando bien en estos momentos de transición tras algunas decisiones políticas recientes que les han dejado con obligaciones pero sin recursos para afrontalas- se han volcado también con una feria que se ha reafirmado como la de referencia a nivel nacional en el sector. Y las empresas...
Las empresas han respondido de manera excelente, dadas las circunstancias de mercado, haciendo buenas las condiciones ofrecidad por la organización y el trabajo de los organismos de apoyo al sector. He visto muchas caras conocidas, de años de pelea en los mercados. Estábamos muchos de los miembros de la gran familia de la subcontratación, rubricando así la partida de renacimiento de una feria que ha vuelto, y que queremos que siga ahí, creciendo como escaparate de un sector que lo está pasando mal, pero que ni tira ni quiere tirar la toalla, y que sigue siendo ejemplo de innovación de verdad.
Ha habido un cierto patriotismo en esta presencia de empresas, la mayor parte pymes, muchas de ellas familiares, fibras diferentes de nuestro tejido industrial, cada una de ellas pequeña, pero todas ellas necesarias, reivindicando la naturaleza industrial de nuestro país. Por ello, más allá de los resultados particulares de cada uno de los participantes -y a los organizadores- creo que nos cabe a todos la satisfacción del deber cumplido durante estos cuatro días.
¿Ha sido, pues, una mala feria? En absoluto. Puede que las cifras de visitantes sean muy humildes; puede que los compradores que hayan venido busquen nuevos proveedores para apretarles en el precio, y que los proveedores que exponían busquen nuevos clientes que no les ahoguen, como me comentaba un expositor, en lugar del deseable flujo de nuevas necesidades salidas de nuevos proyectos, como hemos podido ver hace un par de semanas en Finlandia. Puede que las tardes se hayan hecho interminables en este "verano indio", un otoño en el que hace bueno, como recitaba Joe Dassin, y en el que las ganas de volver a un recinto ferial tras una buena comida venían a ser las mismas que las de reunirse con el inspector fiscal a ver papeles.
Puede que haya habido todas esas circunstancias y cifras poco entusiasmantes. Pero la feria ha sido un éxito, solo por el hecho de celebrarse. Hace dos años, los organizadores dieron un paso atrás, que muchos no comprendimos, dejando sin escaparate a un sector que entonces lo pasaba mal, en un mercado en clara contracción. Esta vez, en unas circunstancias tampoco favorables, la feria ha salido adelante. El BEC ha apostado por la Subcontratación y se ha esforzado en animar una feria que se ofrece a un sector industrial muy amplio en nuestra zona. Los organismos que trabajan por la subcontratación, fundamentalmente las Bolsas de Subcontratación de las Cámaras de Comercio -que no lo están pasando bien en estos momentos de transición tras algunas decisiones políticas recientes que les han dejado con obligaciones pero sin recursos para afrontalas- se han volcado también con una feria que se ha reafirmado como la de referencia a nivel nacional en el sector. Y las empresas...
Las empresas han respondido de manera excelente, dadas las circunstancias de mercado, haciendo buenas las condiciones ofrecidad por la organización y el trabajo de los organismos de apoyo al sector. He visto muchas caras conocidas, de años de pelea en los mercados. Estábamos muchos de los miembros de la gran familia de la subcontratación, rubricando así la partida de renacimiento de una feria que ha vuelto, y que queremos que siga ahí, creciendo como escaparate de un sector que lo está pasando mal, pero que ni tira ni quiere tirar la toalla, y que sigue siendo ejemplo de innovación de verdad.
Ha habido un cierto patriotismo en esta presencia de empresas, la mayor parte pymes, muchas de ellas familiares, fibras diferentes de nuestro tejido industrial, cada una de ellas pequeña, pero todas ellas necesarias, reivindicando la naturaleza industrial de nuestro país. Por ello, más allá de los resultados particulares de cada uno de los participantes -y a los organizadores- creo que nos cabe a todos la satisfacción del deber cumplido durante estos cuatro días.
Etiquetas:
BEC,
ferias,
subcontratación
sábado, 24 de septiembre de 2011
Este martes empieza la Cumbre
Han pasado cuatro años tras la última Cumbre Industrial y Tecnológica en el BEC, y han pasado unas cuantas cosas desde entonces. Por ejemplo, yo a aquella edición y a las anteriores les llamaba "Subcontratación", que es donde me movía -y sigo moviendo- y, ahora, ya se me ha metido en la cabeza lo de "Cumbre Industrial". Para la próxima edición seguro que pienso ya en la feria con todo su nombre completo, aunque a las ferias les suele pasar lo que a los futbolistas brasileños, que cuanto más corto y menos palabras tiene el nombre, mejores suelen ser.
En el grupo que coordino dentro de la Bolsa de Subcontratación de Alava vienen ocho empresas alavesas más una empresa madrileña invitada. Son sectores variados, desde la fundición a la electrónica, pasando por estampación, mecanizado, troqueles, recubrimientos... un abanico amplio que representa un poco la variedad de oferta industrial de nuestra zona y que es sensiblemente diferente a lo que se ha podido ver hace unos días en otra feria, también dicha de Subcontratación -como la propia palabra indica, "Alihankinta" significa "Subcontratación" en finés- en Tampere.
La organización ha hecho un esfuerzo grande primero para escuchar a los agentes del sector, y luego para traer compradores franceses. Veremos cómo se da el salón, que llega en un momento que tiene aires de punto de inflexión para la industria subcontratista de nuestro entorno: o nos integramos definitivamente en la pirámide europea de la Subcontratación de especialidad, saliendo a vender a los mercados donde estos existen, o nos morimos lentamente enseñándonos los tornillos unos a otros. Contaré por aquí cómo nos ha ido.
En el grupo que coordino dentro de la Bolsa de Subcontratación de Alava vienen ocho empresas alavesas más una empresa madrileña invitada. Son sectores variados, desde la fundición a la electrónica, pasando por estampación, mecanizado, troqueles, recubrimientos... un abanico amplio que representa un poco la variedad de oferta industrial de nuestra zona y que es sensiblemente diferente a lo que se ha podido ver hace unos días en otra feria, también dicha de Subcontratación -como la propia palabra indica, "Alihankinta" significa "Subcontratación" en finés- en Tampere.
La organización ha hecho un esfuerzo grande primero para escuchar a los agentes del sector, y luego para traer compradores franceses. Veremos cómo se da el salón, que llega en un momento que tiene aires de punto de inflexión para la industria subcontratista de nuestro entorno: o nos integramos definitivamente en la pirámide europea de la Subcontratación de especialidad, saliendo a vender a los mercados donde estos existen, o nos morimos lentamente enseñándonos los tornillos unos a otros. Contaré por aquí cómo nos ha ido.
Etiquetas:
Bilbao,
Euro,
feria subcontratación,
ferias,
Finlandia
martes, 20 de septiembre de 2011
Pensamientos sobre la "loganización"
Repasando la prensa técnica -profusa e interesante- que se nos proporcionó a los expositores en la pasada edición de la feria Industrie de Lyon me encontré con un "palabro" evocador de los tiempos que nos está tocando vivir. Se trata del término "loganización".
El que las ventas del Dacia Logan hayan servido para salvar los resultados de Renault está en la etimología de este térnino, que hace referencia a la producción de bienes y servicios básicos, poco sofisticados, pero que cumplen con la función para la que el consumidor los adquiere, en detrimento de otros con más funciones, opciones, posibilidades... pero que son más caros.
En Usine Nouvelle hablaban, por ejemplo, de la loganización de la máquina herramienta: se venden cada vez más máquinas básicas, versátiles con tecnologías probadas y que cubren las necesidades de una buena parte de los clientes que desean una máquina robusta, que permita hacer un abanico amplio de tareas, y que no dejen al contable de la empresa temblando.
¿Es buena o mala la loganización? Parece que a corto plazo soluciona problemas a quienes son capaces de poner en el mercado sus Logan. En la pasada Bienal de Máquina Herramienta, una de las firmas líderes mundiales en maquinaria con arranque de viruta se presentó con máquinas mucho más sencillas -y baratas- que sus modelos estrella. Al final, facturar es facturar, y si el mercado no puede comprar la supermáquina, que nos compre al menos algo. Por otro lado, la gente que apuesta por el decrecimiento como salida a esta crisis seguro que está satisfecha con la loganización. Y ha servido para que servidor vuelva a publicar en este blog meses después.
Yo tento mis dudas, sin embargo, de que esta tendencia pueda ser buena a medio y largo plazo. Dice mi suegra que es peor el vicio que el hambre, pero quedarnos como estamos, sin intentar mejorar, ya no es viable. La investigación es un motor de desarrollo, y necesita desarrollo de producto, y venta del mismo, para ser rentable y atractiva para las empresas. Mucha investigación se dedica a resolver problemas no necesariamente industriales, sino vinculados con la pervivencia misma de nuestro mundo. ¿Quién, en un mundo loganizado, va a invertir en investigar en energías renovables, en el coche eléctrico, en mejorar en campos como la medicina, la biología... si el mercado va a requerir única, o mayoritariamente, de opciones ya consolidadas, que en el mundo anterior a la loganización, incluso serían consideradas como obsoletas?
Imagino un mundo loganizado como algo parecido a lo que puede ser un país autárquico: no gastas en novedades, pero acaba siempre faltándote algo, y acabas languideciendo, camino del colapso.
Me gustaría conocer más opiniones sobre este fenómeno. Se agradecen comentarios en el blog, en twitter...
El que las ventas del Dacia Logan hayan servido para salvar los resultados de Renault está en la etimología de este térnino, que hace referencia a la producción de bienes y servicios básicos, poco sofisticados, pero que cumplen con la función para la que el consumidor los adquiere, en detrimento de otros con más funciones, opciones, posibilidades... pero que son más caros.
En Usine Nouvelle hablaban, por ejemplo, de la loganización de la máquina herramienta: se venden cada vez más máquinas básicas, versátiles con tecnologías probadas y que cubren las necesidades de una buena parte de los clientes que desean una máquina robusta, que permita hacer un abanico amplio de tareas, y que no dejen al contable de la empresa temblando.
¿Es buena o mala la loganización? Parece que a corto plazo soluciona problemas a quienes son capaces de poner en el mercado sus Logan. En la pasada Bienal de Máquina Herramienta, una de las firmas líderes mundiales en maquinaria con arranque de viruta se presentó con máquinas mucho más sencillas -y baratas- que sus modelos estrella. Al final, facturar es facturar, y si el mercado no puede comprar la supermáquina, que nos compre al menos algo. Por otro lado, la gente que apuesta por el decrecimiento como salida a esta crisis seguro que está satisfecha con la loganización. Y ha servido para que servidor vuelva a publicar en este blog meses después.
Yo tento mis dudas, sin embargo, de que esta tendencia pueda ser buena a medio y largo plazo. Dice mi suegra que es peor el vicio que el hambre, pero quedarnos como estamos, sin intentar mejorar, ya no es viable. La investigación es un motor de desarrollo, y necesita desarrollo de producto, y venta del mismo, para ser rentable y atractiva para las empresas. Mucha investigación se dedica a resolver problemas no necesariamente industriales, sino vinculados con la pervivencia misma de nuestro mundo. ¿Quién, en un mundo loganizado, va a invertir en investigar en energías renovables, en el coche eléctrico, en mejorar en campos como la medicina, la biología... si el mercado va a requerir única, o mayoritariamente, de opciones ya consolidadas, que en el mundo anterior a la loganización, incluso serían consideradas como obsoletas?
Imagino un mundo loganizado como algo parecido a lo que puede ser un país autárquico: no gastas en novedades, pero acaba siempre faltándote algo, y acabas languideciendo, camino del colapso.
Me gustaría conocer más opiniones sobre este fenómeno. Se agradecen comentarios en el blog, en twitter...
Etiquetas:
futuro,
industria,
loganización
viernes, 15 de abril de 2011
Parece que se compra mucha máquina herramienta en Francia
Terminó INDUSTRIE en Lyon. El salón más importante de la industria francesa ha vivido una edición llamada a ser la de la "reprise", la vuelta al camino del crecimiento. Me llevo del salón una impresión agridulce.
De entrada, llama la atención que haya coincidido INDUSTRIE con la feria de Hannover, en la que Francia era país indicado. La "grandeur" parece que sigue dando para mucho, tanto como para que la industria hexagonal pueda ser protagonista, a la vez, de la mayor feria industrial del mundo y mantener el tipo en una gran feria nacional.
Esta grandeza no puede ocultar, sin embargo, el hecho de que los subcontratistas apenas superasen el centenar entre los expositores. Las empresas de la región de Rhône Alpes desertaron en su momento de la feria de subcontratación regional los años en que la organización perdió el enfoque regional, y cuando se está queriendo recuperar el tono, la crisis de la deslocalización primero y la financiera después parece que han dejado tocado el sector. En un entorno de recuperación económica, un expositor español en la feria comentaba que eso era bueno: si crece la demanda cuando la oferta local disminuye, los de fuera tenemos más oportunidades de entrar en el mercado. Comparto esa opinión.
Este año ha habido una presencia fuerte de todo lo relacionado con la robótica industrial. En Francia parece que tienen claro que la forma de luchar contra los países de bajo coste es reduciendo el coste aquí mediante automatización y robotización, y se ven atrasados en este campo. Leía en Usine Nouvelle una estadísitica que hace "pupa" doble: a los franceses porque el número de robots industriales por trabajador en las pymes francesas en la mitad del que hay en las pymes alemanas; a nosotros, porque España ni aparece en las estadísticas que aparecen en el artículo en el que hablan de ese tema. Nos queda aún un tramo importante que avanzar.
Para acabar esta entrada con una nota de optimismo, hablaré del entusiasmo con el que los fabricantes de máquina herramienta presentes en el certamen hablaban al final del mismo. Se está comprando mucha máquina herramienta en Francia. Bien es cierto que parece que crece el consumo de máquinas de bajo coste, pero el que haya crecimiento en la compra de máquina herramienta deja traslucir un hecho positivo que trasciende el dato y el sector: las empresas compran maquinaria cuando ven buenas perspectivas. El lado emocional de la crisis parece que, al menos en Francia, está siendo derrotado.
De entrada, llama la atención que haya coincidido INDUSTRIE con la feria de Hannover, en la que Francia era país indicado. La "grandeur" parece que sigue dando para mucho, tanto como para que la industria hexagonal pueda ser protagonista, a la vez, de la mayor feria industrial del mundo y mantener el tipo en una gran feria nacional.
Esta grandeza no puede ocultar, sin embargo, el hecho de que los subcontratistas apenas superasen el centenar entre los expositores. Las empresas de la región de Rhône Alpes desertaron en su momento de la feria de subcontratación regional los años en que la organización perdió el enfoque regional, y cuando se está queriendo recuperar el tono, la crisis de la deslocalización primero y la financiera después parece que han dejado tocado el sector. En un entorno de recuperación económica, un expositor español en la feria comentaba que eso era bueno: si crece la demanda cuando la oferta local disminuye, los de fuera tenemos más oportunidades de entrar en el mercado. Comparto esa opinión.
Este año ha habido una presencia fuerte de todo lo relacionado con la robótica industrial. En Francia parece que tienen claro que la forma de luchar contra los países de bajo coste es reduciendo el coste aquí mediante automatización y robotización, y se ven atrasados en este campo. Leía en Usine Nouvelle una estadísitica que hace "pupa" doble: a los franceses porque el número de robots industriales por trabajador en las pymes francesas en la mitad del que hay en las pymes alemanas; a nosotros, porque España ni aparece en las estadísticas que aparecen en el artículo en el que hablan de ese tema. Nos queda aún un tramo importante que avanzar.
Para acabar esta entrada con una nota de optimismo, hablaré del entusiasmo con el que los fabricantes de máquina herramienta presentes en el certamen hablaban al final del mismo. Se está comprando mucha máquina herramienta en Francia. Bien es cierto que parece que crece el consumo de máquinas de bajo coste, pero el que haya crecimiento en la compra de máquina herramienta deja traslucir un hecho positivo que trasciende el dato y el sector: las empresas compran maquinaria cuando ven buenas perspectivas. El lado emocional de la crisis parece que, al menos en Francia, está siendo derrotado.
domingo, 3 de abril de 2011
Renacimiento italiano
La edición de este año de SUBFORNITURA, la feria más importante de subcontratación industrial en Italia, ha ido bien, sin exagerar.
Italia es, a mi juicio, el país que más se parece a España. Uno pasea por Parma y cree estar en una ciudad de provincias castellana. El idioma se entiende, el aspecto de la gente es similar al que uno ve a diario por aquí... A nivel económico hay un norte y un sur, y a nivel industrial, si bien no hay nada similar a FIAT en España, sí que hay un tejido importante de empresa auxiliar de pequeña y mediana talla, concentradas en diversas zonas del norte del país.
Es este tejido el que aparece exponiendo en Subfornitura, y cuando se habla con estas empresas se detectan los mismos problemas, las mismas ilusiones, los mismos sueños y esperanzas, los mismos afanes... que uno encuentra cuando habla con los industriales vascos, catalanes, gallegos, asturianos...
Este año esta gente estaba preocupada, pero no aterrorizada, como en 2010. La crisis sigue latente, pero empiezan a hablar de actividad, de que no está todo parado, de que falta mucho, pero empieza a haber algo. Y de competidores que han quedado en el camino y han creado, como , de precios muy alejados de los de los buenos tiempos, no tan lejanos.
Estas impresiones constituyen los elementos cualitativos a la hora de valorar una feria, y no han sido malos. Los otros, los cuantitativos, el número de consultas recibidas, ha sido todo lo bueno que ha solido ser en esta feria en los año buenos. Por fin han vuelto los responsables de compras a visitar el salón. Hace dos años, en el aciago 2009, no aparecieron. Me comentó un buen amigo, agente de varias empresas españolas en Italia, que sus conocidos encargados de compras en empresas importantes, no habían recibido ese año autorización para visitar la feria: no había proyectos en el horizonte que justificasen el gasto de la visita al salón. En 2010 aparecieron por Subfornitura agentes en busca de complementar su oferta, pero sin asuntos concretos. En 2011 han vuelto los compradores, los planos, las consultas sobre proyectos en fase de desarrollo, o ya lanzados pero en los que se prevé un incremento de necesidad.
Las actividades demandadas son varias: estampación en frío, estampación en caliente, mecanizado, fundición, calderería de diversos tipos... Para completar un panorama reconfortante, hay hasta planos para cotizar. Como en los viejos buenos tiempos.
Han sido unos buenos días de negocios en Parma. Una feria que dimos casi por muerta, por la atonía del mercado, se ha venido arriba, por delante de lo que se espera sea un crecimiento digno de tal nombre de un mercado, el italiano, que es el tercero para la subcontratación española. Tras decidir a úlitma hora participar en la feria, el regreso lo hago con la satisfacción de haber asistido a la última versión de algo tan italiano como el Renacimiento.
Italia es, a mi juicio, el país que más se parece a España. Uno pasea por Parma y cree estar en una ciudad de provincias castellana. El idioma se entiende, el aspecto de la gente es similar al que uno ve a diario por aquí... A nivel económico hay un norte y un sur, y a nivel industrial, si bien no hay nada similar a FIAT en España, sí que hay un tejido importante de empresa auxiliar de pequeña y mediana talla, concentradas en diversas zonas del norte del país.
Es este tejido el que aparece exponiendo en Subfornitura, y cuando se habla con estas empresas se detectan los mismos problemas, las mismas ilusiones, los mismos sueños y esperanzas, los mismos afanes... que uno encuentra cuando habla con los industriales vascos, catalanes, gallegos, asturianos...
Este año esta gente estaba preocupada, pero no aterrorizada, como en 2010. La crisis sigue latente, pero empiezan a hablar de actividad, de que no está todo parado, de que falta mucho, pero empieza a haber algo. Y de competidores que han quedado en el camino y han creado, como , de precios muy alejados de los de los buenos tiempos, no tan lejanos.
Estas impresiones constituyen los elementos cualitativos a la hora de valorar una feria, y no han sido malos. Los otros, los cuantitativos, el número de consultas recibidas, ha sido todo lo bueno que ha solido ser en esta feria en los año buenos. Por fin han vuelto los responsables de compras a visitar el salón. Hace dos años, en el aciago 2009, no aparecieron. Me comentó un buen amigo, agente de varias empresas españolas en Italia, que sus conocidos encargados de compras en empresas importantes, no habían recibido ese año autorización para visitar la feria: no había proyectos en el horizonte que justificasen el gasto de la visita al salón. En 2010 aparecieron por Subfornitura agentes en busca de complementar su oferta, pero sin asuntos concretos. En 2011 han vuelto los compradores, los planos, las consultas sobre proyectos en fase de desarrollo, o ya lanzados pero en los que se prevé un incremento de necesidad.
Las actividades demandadas son varias: estampación en frío, estampación en caliente, mecanizado, fundición, calderería de diversos tipos... Para completar un panorama reconfortante, hay hasta planos para cotizar. Como en los viejos buenos tiempos.
Han sido unos buenos días de negocios en Parma. Una feria que dimos casi por muerta, por la atonía del mercado, se ha venido arriba, por delante de lo que se espera sea un crecimiento digno de tal nombre de un mercado, el italiano, que es el tercero para la subcontratación española. Tras decidir a úlitma hora participar en la feria, el regreso lo hago con la satisfacción de haber asistido a la última versión de algo tan italiano como el Renacimiento.
Etiquetas:
ferias,
Italia,
subcontratación
martes, 25 de enero de 2011
La paradoja italiana
Una respuesta muy frecuente cuando les propones a directivos de empresas subcontratistas industriales el participar en acciones en Italia es que te dicen que "en Italia es imposible vender". Me lo ha llegado a decir el gerente de una empresa que tuvo, en su momento, un cliente italiano que le compraba, a través de una filial belga, más de la mitad de la facturación de la empresa (situación ésta realmente crítica que este buen amigo supo lidiar con tacto para conseguir diversificar cartera de clientes antes de que el italiano empezase a apretarles las tuercas; pero esa es historia para otro día).
En estudios elaborados por las Bolsas de Subcontratación de las Cámaras de Comercio se ha detectado, sin embargo, que Italia es el tercer país proveedor de España en materia de subcontratación industrial, pero también el tercer país cliente en este polifacético sector. Las cifras contradicen la impresión general. O dicho de otra forma, la extraordinaria capacidad que tiene la industria italiana de dominar la imagen y las sensaciones ha servido para que consigan un posicionamiento de inaccesibilidad entre quienes podrían intentar introducirse en ese mercado, un posicionamiento que las cifras oficiales no solo no corroboran, sino que parecen desmentir.
En este contexto es una buena noticia que la Red de Bolsas de Subcontratación españolas vaya a mantener su presencia en la feria SUBFORNITURA, de Parma, principal certamen de subcontratación del país transalpino, integrado en la feria de ferias MEC SPE. Pese a que pintan bastos en la financiación de las Cámaras de Comercio -de las que las Bolsas de Subcontratación forman parte- estos organismos siguen apostando por apoyar a las pymes sobre el terreno. Que el mercado premie a los valientes.
En estudios elaborados por las Bolsas de Subcontratación de las Cámaras de Comercio se ha detectado, sin embargo, que Italia es el tercer país proveedor de España en materia de subcontratación industrial, pero también el tercer país cliente en este polifacético sector. Las cifras contradicen la impresión general. O dicho de otra forma, la extraordinaria capacidad que tiene la industria italiana de dominar la imagen y las sensaciones ha servido para que consigan un posicionamiento de inaccesibilidad entre quienes podrían intentar introducirse en ese mercado, un posicionamiento que las cifras oficiales no solo no corroboran, sino que parecen desmentir.
En este contexto es una buena noticia que la Red de Bolsas de Subcontratación españolas vaya a mantener su presencia en la feria SUBFORNITURA, de Parma, principal certamen de subcontratación del país transalpino, integrado en la feria de ferias MEC SPE. Pese a que pintan bastos en la financiación de las Cámaras de Comercio -de las que las Bolsas de Subcontratación forman parte- estos organismos siguen apostando por apoyar a las pymes sobre el terreno. Que el mercado premie a los valientes.
domingo, 23 de enero de 2011
A la supervivencia por la contracción
En los últimos días he escuchado a varias personas hablarme de que les va bien a sus negocios. Suena a música celestial oir esto, con lo que ha caído y sigue cayendo. Bien es verdad que estos sonetos de buena marcha llevan siempre un estrambote que matiza la felicidad.
Por ejemplo, hoy me comentaba un colega en el negocio de las páginas web que le estaba yendo muy bien, que su empresa tenía mucho trabajo. ¿La pega? Que les estaba cayendo trabajo de una empresa mayor, en apuros, con precios de los que se cobraban a las Administraciones Públicas antes de que hubiésemos oído hablar de los hermanos Leman. O sea, que se trabaja más, pero se cobra bastante menos. Aun así, se gana dinero.
Es parecido a lo que me contaba una familiar que trabaja en una empresa suministradora de primer nivel para el sector del automóvil. Hace un año su empresa estaba en ERE. Ahora, me cuenta, están muy bien de trabajo, incluso con agobios. Eso sí, los precios no tienen punto de comparación con los de antes de la crisis. La dirección de la empresa ha captado trabajo a precios muy ajustados -en ocasiones, demasiado, según mi contacto- para entrar en los proyectos desde el principio, cuando están por definirse la mayor parte de los detalles, con la esperanza de poder subir precios cuando el proyecto esté cerca de llegar a producción. Como en el caso del negocio de las webs, hay trabajo, pero los precios despiertan un entusiasmo escaso a los analistas financieros de las empresas.
En una tercera charla reciente, un mecanizador me hablaba de trabajo que le estaba entrando de clientes que han perdido proveedores por el cierre de estos. La buena noticia para mi interlocutor no era el negocio, sino la supervivencia, y esta a costa de la muerte de un competidor.
¿Hemos llegado al punto en el que han vuelto a encontrarse oferta y demanda? ¿Hemos tocado suelo -queda mejor esta palabra que "fondo", ¿a que sí?- a base de responder con reducción de oferta y de precios a la contracción de la demanda? Parece que las cosas, al menos en parte, son así. Imagino que cuando se hablaba, al principio de la crisis, de que habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades, se estaba hablando de que íbamos a llegar a esto que sucede ahora. Ojalá este suelo sea lo suficientemente sólido para parar la caída y facilitar el rebote hacia arriba.
Por ejemplo, hoy me comentaba un colega en el negocio de las páginas web que le estaba yendo muy bien, que su empresa tenía mucho trabajo. ¿La pega? Que les estaba cayendo trabajo de una empresa mayor, en apuros, con precios de los que se cobraban a las Administraciones Públicas antes de que hubiésemos oído hablar de los hermanos Leman. O sea, que se trabaja más, pero se cobra bastante menos. Aun así, se gana dinero.
Es parecido a lo que me contaba una familiar que trabaja en una empresa suministradora de primer nivel para el sector del automóvil. Hace un año su empresa estaba en ERE. Ahora, me cuenta, están muy bien de trabajo, incluso con agobios. Eso sí, los precios no tienen punto de comparación con los de antes de la crisis. La dirección de la empresa ha captado trabajo a precios muy ajustados -en ocasiones, demasiado, según mi contacto- para entrar en los proyectos desde el principio, cuando están por definirse la mayor parte de los detalles, con la esperanza de poder subir precios cuando el proyecto esté cerca de llegar a producción. Como en el caso del negocio de las webs, hay trabajo, pero los precios despiertan un entusiasmo escaso a los analistas financieros de las empresas.
En una tercera charla reciente, un mecanizador me hablaba de trabajo que le estaba entrando de clientes que han perdido proveedores por el cierre de estos. La buena noticia para mi interlocutor no era el negocio, sino la supervivencia, y esta a costa de la muerte de un competidor.
¿Hemos llegado al punto en el que han vuelto a encontrarse oferta y demanda? ¿Hemos tocado suelo -queda mejor esta palabra que "fondo", ¿a que sí?- a base de responder con reducción de oferta y de precios a la contracción de la demanda? Parece que las cosas, al menos en parte, son así. Imagino que cuando se hablaba, al principio de la crisis, de que habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades, se estaba hablando de que íbamos a llegar a esto que sucede ahora. Ojalá este suelo sea lo suficientemente sólido para parar la caída y facilitar el rebote hacia arriba.
martes, 4 de enero de 2011
Realidad inquietante y criterios dispares
Veía ayer un documental sobre la importancia económica de la Torre Eiffel. La estructura es, entre otras cosas, el elemento cuya imagen genera una mayor cifra de negocio en el mercado de los "souvenirs" turísticos franceses.
En el documental aparecía el gestor de compras de una empresa especializada en la comercialización de recuerdos turísticos. Hablaba sobre los márgenes -importantes- que quedaba para su negocio en algunos productos.
Cuando se le preguntó sobre dónde se fabricaban los productos que comercilizaba la red de puntos de venta de su empresa, este directivo respondió que en China. "Nuestros proveedores chinos trabajan con el mismo nivel de calidad que nuestros antiguos proveedores europeos. No podemos comprar en Europa". Me voy al Google a mirar cuántos chinos visitan la torre Eiffel -pagando- cada año, y encuentro en la wikipedia con una realidad inquietante: son un 4,3%. El número de visitantes que suben a la torre originarios de países que no podrían fabricar souvenirs a un precio aceptable para el gestor de compras que aparecía en el documental supera el 80% holgadamente.
Es decir, que la historia podría re-escribirse como "me dedico a sacarle los cuartos a una gente a la que ni me planteo el poder comprarles lo que vendo, y la pasta va una parte a mi bolsillo y otra a enriquecer a los chinos".
Historias como esta son el pan nuestro de cada día en la función de compras, y marcan una tendencia que no nos favorece. Una competencia basada en situaciones de desigualdad de condiciones en la que tenemos las de perder es la realidad contra la que han de sobrevivir millares de empresas europeas.
La solución a este problema no es fácil: la lógica económica dice que, en igualdad de condiciones, se compra lo mismo al más barato, aunque en otros ámbitos de la vida las decisiones de compra no son tan economicistas: no se vende solo el coche más barato, ni solo vende la tienda del barrio más barata. En nuestras decisiones diarias de compra hay variables emocionales, que prevalecen sobre el mero p.v.p.
¿Por qué no se aplican más esas variables a la compra industrial? Si en el ámbito privado la aplicacion de variables emocionales en la decisión de compra acaban enriqueciendo la personalidad, creo que se puede afirmar que, a nivel industrial, una compra con más peso en excel de la toma de decisiones de la celdilla de lo emocional nos haría ir a todos algo mejor.
En el documental aparecía el gestor de compras de una empresa especializada en la comercialización de recuerdos turísticos. Hablaba sobre los márgenes -importantes- que quedaba para su negocio en algunos productos.
Cuando se le preguntó sobre dónde se fabricaban los productos que comercilizaba la red de puntos de venta de su empresa, este directivo respondió que en China. "Nuestros proveedores chinos trabajan con el mismo nivel de calidad que nuestros antiguos proveedores europeos. No podemos comprar en Europa". Me voy al Google a mirar cuántos chinos visitan la torre Eiffel -pagando- cada año, y encuentro en la wikipedia con una realidad inquietante: son un 4,3%. El número de visitantes que suben a la torre originarios de países que no podrían fabricar souvenirs a un precio aceptable para el gestor de compras que aparecía en el documental supera el 80% holgadamente.
Es decir, que la historia podría re-escribirse como "me dedico a sacarle los cuartos a una gente a la que ni me planteo el poder comprarles lo que vendo, y la pasta va una parte a mi bolsillo y otra a enriquecer a los chinos".
Historias como esta son el pan nuestro de cada día en la función de compras, y marcan una tendencia que no nos favorece. Una competencia basada en situaciones de desigualdad de condiciones en la que tenemos las de perder es la realidad contra la que han de sobrevivir millares de empresas europeas.
La solución a este problema no es fácil: la lógica económica dice que, en igualdad de condiciones, se compra lo mismo al más barato, aunque en otros ámbitos de la vida las decisiones de compra no son tan economicistas: no se vende solo el coche más barato, ni solo vende la tienda del barrio más barata. En nuestras decisiones diarias de compra hay variables emocionales, que prevalecen sobre el mero p.v.p.
¿Por qué no se aplican más esas variables a la compra industrial? Si en el ámbito privado la aplicacion de variables emocionales en la decisión de compra acaban enriqueciendo la personalidad, creo que se puede afirmar que, a nivel industrial, una compra con más peso en excel de la toma de decisiones de la celdilla de lo emocional nos haría ir a todos algo mejor.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)