jueves, 27 de septiembre de 2012

Los UAV's, una nueva frontera

De tiempo en tiempo aparecen sectores de actividad nuevos -o determinadas circunstancias ponen en primera línea sectores hasta entonces dormidos- en los que se huele la oportunidad, en los que hay mucho por descubrir, y en los que está prácticamente todo por hacer. Son territorios de frontera, como en las películas del Oeste, en los que buscar fortuna, hay poca ley, y mucho que ganar.

Visitando ayer el UAV Show Europe en Burdeos lo vi: un sector que nace con fuerza, con muchas aplicaciones que se ven claras y otras tantas que aún ni se imaginan, con mucha gente joven investigando, creando prototipos y empresas, hablando a clientes de cómo hacer mucho más por mucho menos, buscando superar límites concretos traducidos de inmediato en ventajas competitivas -autonomía, peso, carga útil...- en el que luchan por hacerse un hueco empresas consagradas que están a la que salta con chavales jóvenes, entrañables geeks que han aprendido a hacerse el nudo de la corbata cinco minutos antes de empezar la feria, y que te hablan de lo que tienen, de lo que van a tener porque están investigando, de que buscan y ofrecen colaboración para mejorar y que empiezan a pensar seriamente en clave de empresa.

Supongo que así empezó la industria de Internet, por ejemplo, y antes la de la Automoción, o la propia Aeronáutica de aviones grandes. También están en esa pelea ahora con el coche eléctrico, si bien las barreras de entrada aquí son más altas -más caras principalmente- lo que hace que la partida se juegue con cartas marcadas por los grandes.

Me da la impresión de que el grado de desarrollo del sector de los UAV es lo suficientemente incipiente como para que no sea aún tarde para poder entrar en él y acabar siendo protagonista destacado. Asimilando a lo que ha podido ser el negocio de internet, vi algún IBM y varios Altavista, pero no estoy seguro de haber visto al Google de los UAV, ni siquiera de que  haya nacido aún.

Los amigos de Hemav Project, joven grupo de ingenieros formados en Cataluña, que presentaban en UAS Show Europe su realidad actual, y lo que van a poder hacer con el desarrollo que están patentando ahora, están entre los que aspiran a ser los jefes de esta frontera. Habrá que estar atentos a su evolución y desearles suerte. Ojalá pueda contar a mis nietos que conocí un día en Burdeos al Bill Gates de los UAV's.

viernes, 21 de septiembre de 2012

Finlandia: estado de preocupación matizada

Un año más, la participación en la feria Alihankinta ("subcontratación") en Tampere nos ha servido a quienes hemos participado en el evento para tomarle el pulso a la situación económica y a la del mercado en Finlandia. Y para apreciar los contrastes que existen entre los dos países más alejados entre sí de la Unión Europea.

El estado de ánimo general podría decirse de "preocupación matizada". La caída de Nokia es un golpe duro para un país que se asió a esta empresa para salir de otras crisis, participando del crecimiento brutal que puso a la empresa nacida no muy lejos de Tampere en la cima de la tecnología. "Miles de despidos" e "industria tecnológica" parecen términos contradictorios, y en cierto modo siguen siéndolo: la salida de Nokia de gente con mucho talento ha propiciado el florecimiento de pequeñas empresas de contenido tecnológico en el país, por lo que el impacto de los problemas de Nokia está siendo moderado, mucho menor de lo que supondría el cierre de unos altos hornos, por ejemplo.

En ese mar de pequeñas iniciativas tecnológicas brillan los "Angry Birds", producto desarrollado por la firma finlandesa Rovio, y que está consiguiendo algo que ni siquiera Nokia logró: que haya un componente tecnológico de origen finlandés en cada bolsillo, esta vez en forma de "app". Algo de esto me comentó hace algún tiempo Jon Durán, alavés que está detrás de Mercadodebarrio.com, y que lleva unos años trabajando en el norte de Finlandia tras comprobar, durante su estancia como Erasmus, que allí se podía hacer investigación y tecnología de verdad, y vivir de ello. Jon ha participado en el desarrollo de Ringi, otra aplicación para móviles, creada por la empresa Sunduka Oy, en Oulu, al norte del país.

En otros sectores más tradicionales, vinculados con la mecánica, los comentarios que me han ido haciendo estos días varios conocidos locales hablan también de preocupación matizada. La actividad se mantiene a niveles aceptables, pero la incertidumbre se ha instalado y no es posible hacer previsiones a medio plazo. Parece asumido que, además, esto va a ser ya así por mucho tiempo. En ese contexto, el interés mostrado hacia las empresas españolas participantes ha sido moderado. Finlandia sigue siendo líder mundial el determinados sectores que necesitan de componentes -fundición, calderería media y pesada... - de los que ellos no tienen suficiente capacidad para producir, y ahí entramos nosotros. Espero que podamos ayudarnos mutuamente.

lunes, 20 de febrero de 2012

Asuntos privados, asunto de todos

En los últimos tiempos me voy encontrando con varios casos calcados: industrial cercano a la jubiliación decide poner a la venta la empresa, porque sus hijos no tienen ningún interés en seguir con la empresa. Es gente que no puede ocultar su tristeza, puesto que los dos motivos principales que le hacen sentirse orgullos de su trayectoria -unos hijos que se han hecho un lugar en la vida y una empresa que se ha hecho un hueco en el mercado- no convergen. Son ejemplos de que no siempre el hacer bien las cosas llevan al resultado mejor.

¿Por qué se dan estas situaciones? Cada caso es un mundo. Quitando aquelloss en los que no haya herederos, veo que las dos razones básicas para que se quiera vender la empresa son o que los herederos tienen formas mejores -o más cómodas, al menos- de ganarse bien la vida, o que existe un problema serio de relación entre sucesores, con demasiadas partes en liza, cada una con sus intereses. Los casos que se dan atendiendo a esta última situación no son muy diferentes de los que suceden cuando se trata de la sucesión en la propiedad de fincas, inmuebles u otros objetos, en los que, al final, la única forma de reparto acaba siendo la de (mal) vender la propiedad y hacer el reparto en una forma que admita quebrados y decimales.

En un entorno como el nuestro en el que mucha pequeña industria es el fruto de la iniciativa de un emprendedor, el de la sucesión ordenada debería de ser casi cuestión de estado, ya que lo que para el empresario es un problema personal, para la empresa es un problema de continuidad, que pasa a ser un problema para todos. Hay mucho conocimiento práctico acumulado, capital invertido con ese buen criterio que da el que el dinero que se pone en juego es de uno mismo, y no de una corporación impersonal, hay puestos de trabajo capacitados, que las características de nuestro sistema productivo permite una difícil reubicación...

Parte del futuro de nuestra industria se juega en el cambio generacional. Por eso, el buen fin de los casos de empresas familiares sin sucesión clara son algo más que problemas personales de emprendedores en el final de su vida profesional. A todos nos va algo en cada una de esas pequeñas historias familiares.

martes, 10 de enero de 2012

Raspberry Pi: Cuando fabricar en Europa se pone imposible

Estoy siguiendo con atención -e impaciencia- el desarrollo del "ordendador de 25 dólares" que está llevando a cabo un grupo de gente en el Reino Unido, bajo el nombre de guerra de "Raspberry Pi". Se trata de una idea altruista -conseguir ordenadores baratos, pero suficientemente potentes como para que puedan ser usados en entornos educativos- que despierta pasiones entre los tecnoadictos del mundo: el anuncio por twitter de que han comenzado ya a fabricar los "chismes" acaba de provocar el colapso de su servidor web, www.raspberrypi.org. No quiero ni pensar la que se va a armar cuando empiecen a venderlos, y los aficionados a estos cacharros empecemos a comprarlos a pares (o a duples, porque cada día se me ocurre una nueva aplicación para el aparatico).

Cuenta esta gente las peripecias que han tenido que pasar a la hora de decidir dónde fabricar los ordenadores -que, en definitiva, no dejan de ser unas tarjetas electrónicas con componentes soldados, sin más avíos- y cómo han tenido que desistir de fabricarlos en el Reino Unido, como habían planeado inicialmente.

Aparte de condicionantes ligados a márgenes, cantidades u ocupación de capacidad productiva -factores que podríamos llamar "de mercado"- esta gente se ha encontrado con otro problema que no deja de ser absurdo: según Raspberri Pi, el sistema arancelario británico, imagino que similar al nuestro, penaliza la importación de componentes, pero no la de circuitos con los componentes ya soldados. Como los componentes necesarios para fabricar las placas no se fabrican en el Reino Unido, resulta que fabricar en, pongamos Sheffield, está más penalizado fiscalmente que fabricar en Taipei y llevarlo para la Gran Bretaña.

No se cuánto de justificación cara a la galería puede tener esta explicación que dan desde Raspberry Pi sobre su, digamos, peripecia fiscal, pero si es cierta, y no tiene por qué no serlo, nos encontraríamos ante una estupidez fiscal de primer orden, o cómo una regulación poco fina puede acabar de desanimar la fabricación de determinados componentes electrónicos en Europa. Vamos, lo que nos hace falta.

Para quienes no conozcan el Raspberry Pi, aquí va un video sobre el ordenador de las 15 libras, ó 25 dólares, o 20 euros (más o menos):