viernes, 30 de septiembre de 2011

Sensación de deber cumplido

Finalizó la Cumbre Industrial y Tecnológica, nuestra entrañable feria de Subcontratación. ¿Ha sido una buena feria? En términos absolutos, la situación del mercado no daba opciones para que la Cumbre fuese una feria de mucho movimiento. Los milagros son más propios de otros entornos, diferentes del industrial, y una mala coyuntura -sin hablar de cuestiones estructurales- no puede alumbrar números espectaculares.

¿Ha sido, pues, una mala feria? En absoluto. Puede que las cifras de visitantes sean muy humildes; puede que los compradores que hayan venido busquen nuevos proveedores para apretarles en el precio, y que los proveedores que exponían busquen nuevos clientes que no les ahoguen, como me comentaba un expositor, en lugar del deseable flujo de nuevas necesidades salidas de nuevos proyectos, como hemos podido ver hace un par de semanas en Finlandia. Puede que las tardes se hayan hecho interminables en este "verano indio", un otoño en el que hace bueno, como recitaba Joe Dassin, y en el que las ganas de volver a un recinto ferial tras una buena comida venían a ser las mismas que las de reunirse con el inspector fiscal a ver papeles.

Puede que haya habido todas esas circunstancias y cifras poco entusiasmantes. Pero la feria ha sido un éxito, solo por el hecho de celebrarse. Hace dos años, los organizadores dieron un paso atrás, que muchos no comprendimos, dejando sin escaparate a un sector que entonces lo pasaba mal, en un mercado en clara contracción. Esta vez, en unas circunstancias tampoco favorables, la feria ha salido adelante. El BEC ha apostado por la Subcontratación y se ha esforzado en animar una feria que se ofrece a un sector industrial muy amplio en nuestra zona. Los organismos que trabajan por la subcontratación, fundamentalmente las Bolsas de Subcontratación de las Cámaras de Comercio  -que no lo están pasando bien en estos momentos de transición tras algunas decisiones políticas recientes que les han dejado con obligaciones pero sin recursos para afrontalas- se han volcado también con una feria que se ha reafirmado como la de referencia a nivel nacional en el sector. Y las empresas...

Las empresas han respondido de manera excelente, dadas las circunstancias de mercado, haciendo buenas las condiciones ofrecidad por la organización y el trabajo de los organismos de apoyo al sector. He visto muchas caras conocidas, de años de pelea en los mercados. Estábamos muchos de los miembros de la gran familia de la subcontratación, rubricando así la partida de renacimiento de una feria que ha vuelto, y que queremos que siga ahí, creciendo como escaparate de un sector que lo está pasando mal, pero que ni tira ni quiere tirar la toalla, y que sigue siendo ejemplo de innovación de verdad.

Ha habido un cierto patriotismo en esta presencia de empresas, la mayor parte pymes, muchas de ellas familiares, fibras diferentes de nuestro tejido industrial, cada una de ellas pequeña, pero todas ellas necesarias, reivindicando la naturaleza industrial de nuestro país. Por ello, más allá de los resultados particulares de cada uno de los participantes -y a los organizadores- creo que nos cabe a todos la satisfacción del deber cumplido durante estos cuatro días.

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