jueves, 28 de octubre de 2010

Evolución en busca de mejores olas

En ocasiones, el dominio de una tecnología permite a las empresas subcontratistas industriales el dar un salto de gigante en la escala del valor, introduciéndolas en mercados nuevos, más "jugosos". Partiendo de lo que se domina, con añadidos o adaptaciones más o menos profundas, la empresa se reinventa, o encuentra, al menos, una nueva vía de crecimiento. He aquí algunos ejemplos que he visto en el entorno en el que me muevo.

Una empresa alavesa de calderería fina, con capacidad para cortar por láser chapa y tubo, ha lanzado una gama de cerramientos para construcción con capacidad de personalización y de inclusión de diseños en los mismos. Los tubos con recortes de formas variadas son realmente atractivos desde el punto de vista estético, y se venden en un mercado mucho más fino -y de mayor precio- que el mercado industrial.

Una firma guipuzcoana fabricante de remachadoras dio el paso para ofrecer soluciones de remachado a clientes en todo el mundo. Siguen fabricando y vendiendo remachadoras, pero su negocio está en la ingeniería de ensamblaje de componentes. Son líderes mundiales en su microsector. Parecen finlandeses.

Algunos fabricantes de muelles fabrican también bobinas para electrónica. Tienen forma de muelle, pero de cobre recubierto de aislante, y necesitan añadir una operación para eliminar el aislante de los bornes. En general, una bobina -componente electrónico- se vende más cara que un muelle.

En próximas entradas iré poniendo algún ejemplo más. Cuando son tiempos de languidecer para sectores maduros en los que, por otra parte, somos muy buenos, estas evoluciones permiten a algunas empresas seguir en la cresta de la ola. De otra ola, es verdad, pero con una cresta, en general, más alta.

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