Hace ya un año, antes de la invasión masiva de la videoconferencia- que hice la última visita a una empresa entrando en fábrica. Una visita completa, más allá de las reuniones rápidas en despacho sin taller que están tocando desde que la pandemia se hizo un hueco decisorio en nuestras vidas.
Era una de las plantas de fabricación de un grupo grande, dedicado al sector aeronáutico. Dos cosas me llamaron la atención, más allá de la propia actividad de la planta. Por un lado, vi bastantes tablets, utilizadas para consultar e introducir información por parte de los trabajadores en diversos puntos de proceso de fabricación. Datos.
Por otro lado, y pese a haber bastante mecanizado de dimensión notable, no se veía viruta. La empresa trabaja con materiales valiosos, y la viruta, que vale un buen dinero, se retira, se almacena y se vende a empresas especializadas en recuperar estos materiales. Economía circular.
Repasando estos días algunos apuntes relacionados con la Industria 4.0 me he acordado de esta visita hecha en los buenos viejos tiempos de hace un año. "Más tablets y menos viruta" puede ser otra forma más de referirnos a la Cuarta Revolución Industrial.